En tiempos de estaciones espaciales y ambiciones de aterrizar en Marte, echar la vista atrás es todo un pasatiempo. Hoy tenemos tecnología punta (más o menos), pero hace 50 años las primeras naves que nos llevaron al espacio eran tan elementales y diminutas que parecían una lata de metal.
Un buen ejemplo son las naves Mercury (izquierda) y Gemini (derecha),
misiones tripuladas de EE.UU. para responder al poderío de la Unión
Soviética. La foto es un documento único que muestra cómo ha
evolucionado la tecnología desde entonces. Será curioso esperar otros 50
años y volver a hacer este ejercicio. Probablemente la ISS, el
Curiosity o las cápsulas Soyuz nos parecerán juguetes en comparación con
lo que existirá en medio siglo. Hoy, es inevitable pensarlo de la
Mercury o la Gemini. Y de los astronautas. Ahora pueden hacer fotos y
cantar desde el espacio. Antes lo que importaba era otra cosa: valor.
Imposible de lo contrario meterse en una de esas latas con botones
camino al espacio.
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